Greenpeace Internacional ha publicado hoy el informe Certificado de destrucción que revela que el sector del aceite de palma fue el principal motor de la deforestación en Indonesia entre 2009 y 2011, lo que representa una cuarta parte de la pérdida de bosques en el país en este periodo.
El informe incluye el
análisis y comparación de imágenes de satélite que muestran que la
deforestación significativa ocurrió en concesiones actualmente propiedad
de los miembros de la mayor organización dedicada a asegurar la
sostenibilidad de la industria del aceite de palma, la RSPO
(Rountable Sustainable Palm Oil, o Mesa Redonda de Aceite de Palma
Sostenible), organización que incluye empresas con sede en Singapur
como Wilmar International.
Otro hecho grave revelado en el informe es que el 39% de las concesiones de aceite de palma de la provincia de Riau, donde se produjeron incendios forestales entre enero y junio de 2013 destinados a aclarar la selva, pertenecían a miembros del RSPO.
"La RSPO pretende que sus miembros sean líderes en materia de sostenibilidad pero sus normas de funcionamiento actuales dejan libertad a las empresas para destruir los bosques y drenar turberas. Año tras año, los incendios forestales en Indonesia y el humo producido causan estragos en la región, siendo el sector productor de aceite de palma el culpable principal. Aunque los miembros de la RSPO afirman tener políticas que excluyen el uso del fuego, el hecho es que el suelo seco lleno de turba se comporta como un polvorín”, ha declarado Bustar Maitar, responsable de la campaña de Greenpeace Internacional de Bosques de Indonesia.
Desde el mes de junio, Greenpeace ha contactado con más de 250 empresas consumidoras de aceite de palma para preguntarles cómo están asegurando que sus cadenas de suministro no están vinculadas con la destrucción de los bosques. De las respuestas recibidas hasta el momento, parece que casi todas las empresas se basan únicamente en los criterios de la RSPO para cumplir con los compromisos de "sostenibilidad" que puedan tener. Sin embargo, Greenpeace ha puesto en evidencia que el RSPO no es capaz de verificarlo.
"Como consumidores, es obvio que la RSPO no puede garantizar que las marcas de productos alimenticios y cosméticos que consumimos a diario no estén libres de aceite de palma procedente de la deforestación”, ha declarado Miguel Ángel Soto, responsable de la campaña de Bosques de Greenpeace. “En España, los grandes importadores de aceite de palma que alegan estar comprometidos con la RSPO están engañando a los consumidores”.
A nivel internacional, grandes empresas comercializadoras como Wilmar, uno de los miembros más importantes de la RSPO, son parte del problema. Estas empresas controlan gran parte del comercio de aceite de palma de Indonesia. El aceite de palma se comercializa a través de la refinerías de aceite de palma, que mezclan de forma indiscriminada aceite de productores responsables con el aceite de palma que procede de la deforestación y la destrucción del hábitat de especies en situación crítica, así como de bosques de turberas.
"Las grandes marcas deben saber de dónde procede el aceite de palma y deben garantizar a los consumidores de todo el mundo que la destrucción de los bosques no está vinculada a sus productos", ha añadido Soto.
De acuerdo con los servicios de cartografía del Ministerio de Bosques de Indonesia, este país perdió 1,24 millones de hectáreas de bosques en el periodo 2009 a 2011, equivalente a 620.000 hectáreas por año.
Otro hecho grave revelado en el informe es que el 39% de las concesiones de aceite de palma de la provincia de Riau, donde se produjeron incendios forestales entre enero y junio de 2013 destinados a aclarar la selva, pertenecían a miembros del RSPO.
"La RSPO pretende que sus miembros sean líderes en materia de sostenibilidad pero sus normas de funcionamiento actuales dejan libertad a las empresas para destruir los bosques y drenar turberas. Año tras año, los incendios forestales en Indonesia y el humo producido causan estragos en la región, siendo el sector productor de aceite de palma el culpable principal. Aunque los miembros de la RSPO afirman tener políticas que excluyen el uso del fuego, el hecho es que el suelo seco lleno de turba se comporta como un polvorín”, ha declarado Bustar Maitar, responsable de la campaña de Greenpeace Internacional de Bosques de Indonesia.
Desde el mes de junio, Greenpeace ha contactado con más de 250 empresas consumidoras de aceite de palma para preguntarles cómo están asegurando que sus cadenas de suministro no están vinculadas con la destrucción de los bosques. De las respuestas recibidas hasta el momento, parece que casi todas las empresas se basan únicamente en los criterios de la RSPO para cumplir con los compromisos de "sostenibilidad" que puedan tener. Sin embargo, Greenpeace ha puesto en evidencia que el RSPO no es capaz de verificarlo.
"Como consumidores, es obvio que la RSPO no puede garantizar que las marcas de productos alimenticios y cosméticos que consumimos a diario no estén libres de aceite de palma procedente de la deforestación”, ha declarado Miguel Ángel Soto, responsable de la campaña de Bosques de Greenpeace. “En España, los grandes importadores de aceite de palma que alegan estar comprometidos con la RSPO están engañando a los consumidores”.
A nivel internacional, grandes empresas comercializadoras como Wilmar, uno de los miembros más importantes de la RSPO, son parte del problema. Estas empresas controlan gran parte del comercio de aceite de palma de Indonesia. El aceite de palma se comercializa a través de la refinerías de aceite de palma, que mezclan de forma indiscriminada aceite de productores responsables con el aceite de palma que procede de la deforestación y la destrucción del hábitat de especies en situación crítica, así como de bosques de turberas.
"Las grandes marcas deben saber de dónde procede el aceite de palma y deben garantizar a los consumidores de todo el mundo que la destrucción de los bosques no está vinculada a sus productos", ha añadido Soto.
De acuerdo con los servicios de cartografía del Ministerio de Bosques de Indonesia, este país perdió 1,24 millones de hectáreas de bosques en el periodo 2009 a 2011, equivalente a 620.000 hectáreas por año.
0 comentarios:
Publicar un comentario