Es una gallinácea algo más
robusta que una paloma. El pico y las patas son de color rojo (de ahí su
nombre) y en la cabeza luce un anillo ocular rojo y una banda de color negro
que va desde el cuello hasta la franja ocular. Su garganta es blanca y el
pecho azulado. Su plumaje dorsal es de color pardo, presentando unos flancos
de colores pardos, negros y grises, que le ayudan a camuflarse por el suelo.
Los inmaduros tienen un color más apagado.
El nido de la perdiz
esta ubicado generalmente en el suelo, cubierto de hojas y arbustos. La
puesta tiene lugar de Abril a Junio y suelen poner de diez a diecisiete
huevos. La incubación la realiza la hembra durante tres semanas, siendo los
pollos nidífugos, es decir, que abandonarán el nido nada más nacer, pudiendo
alimentarse por si mismos, aunque necesitarán la guía y protección de la
hembra durante algún tiempo. Suele suceder que una hembra realiza dos
puestas, en cuyo caso el macho colabora incubando el otro nido.
El
perdigón nace cubierto de un plumón de color terroso absolutamente mimético,
a las 4 semanas es mudado pudiendo ya volar; las plumas definitivas las
alcanzan a los 3 meses. Los machos presentan unos característicos espolones.
En la fase no
reproductora se agrupan en bandas de 15 a 30 individuos, entre adultos y
pollos del año; de 4 a 6 machos solteros o viudos; aunque también puede
haber machos solitarios.
La alimentación de la
perdiz roja es variada, come hojas, brotes, bayas, semillas e incluso
insectos. Es un ave muy bien adaptada a la falta de agua, que aguanta
grandes periodos de tiempo sin beber con el solo líquido que le proporciona
su alimentación.
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