A partir de este viernes comenzaron en el Museo Nacional de Antropología una serie de actividades para dar a conocer los resultados de varios estudios sobre los grupos de la cultura yumana asentados a ambos lados de la frontera de México y los Estados Unidos.
Las actividades son organizadas por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta) a través del MNA, el Centro INAH-Baja California y la Coordinación Nacional de Antropología, luego de cuatro años de trabajo conjunto para dar a conocer en el Museo Nacional de Antropología la cultura de estos pueblos, que por sus artesanías recibieron en 2010 el Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de Tradiciones Populares.
Don Laylander, arqueólogo de ASM Affiliates; Julia Bendímez, directora del Centro INAH-BC; y Michael Wilken-Robertson, antropólogo de la Universidad Estatal de San Diego, California, esbozaron en tres conferencias quiénes son los yumanos, a partir del resultado de investigaciones que han realizado desde hace 20 años en ambos lados de la frontera.
Laylander habló del origen de los yumanos, a partir de un estudio lingüístico, que refiere a la separación de las lenguas yumano-cochimí, consideradas las hablas originales, y de las cuales se desprendieron el cucapá, kiliwa, kumiai y pai pai, en Baja California; y quechan, mohave, maricopa, halchidoma, yavapay, walapay y havasupay, en Estados Unidos.
El arqueólogo estadounidense explicó que a partir de estudios paleoambientales se ha empezado a definir que los cambios ambientales incidieron en la distribución de estos grupos en regiones del norte de BC, el sur de California y el oeste de Arizona.
Julia Bendímez abordó de manera general los resultados de investigación arqueológica que realiza el INAH en BC, conjuntamente con estudiantes de la ENAH e investigadores del MNA, en sitios en los que hace 1,500 años -durante el periodo que para esta región se denomina Prehistoria Tardía-, sucedieron importantes innovaciones culturales, como el uso del arco y la flecha en lugar del dardo, y la aparición de la cerámica.
"Se considera que en ese lapso floreció la familia lingüística yumana, de manera que ya estaban presentes los ancestros de los yumanos que hoy habitan Baja California; aunque las primeras oleadas migratorias del hombre a la península se han datado en por lo menos hace 12,000 años", detalló la arqueóloga.
Comentó que a la fecha se han identificado alrededor de 500 sitios en diferentes áreas, donde se ha encontrado cerámica, herramientas típicas de la etapa yumana, metates, morteros, espacios donde molían la bellota -uno de sus principales alimentos-, pintura rupestre y restos de artefactos para explotación lítica.
En su intervención, Michael Wilken-Robertson presentó una visión de cómo son actualmente los yumanos y dónde están, las distintas adaptaciones culturales que aún usan y que son parte de sus tradiciones, como el uso de las fibras para hacer cestos, objetos para la carga o cestería y cerámica que siguen haciendo las mujeres para obtener un ingreso económico importante.
En las conferencias se trataron aspectos de historia, arqueología y etnohistoria, con la finalidad de introducir al público a un tema desconocido como el de la cultura yumana.
El encuentro académico dio comienzo previamente a la inauguración de la exposición Yumanos. Jalkutat, el Mundo y la Serpiente Divina que será abierta al público el próximo 14 de diciembre en la Sala de Culturas Indígenas del MNA, con lo que por primera vez el museo incluye a estos grupos étnicos en sus espacios.
En la última conferencia, a cargo de Alejandro González Villarruel, subdirector de Etnografía del MNA, y el antropólogo Donaciano Gutiérrez, curador de la Sala Pueblos del Noreste del MNA, este último explicó que en dicha región -que ocupa la tercera parte del territorio nacional, abarcando los estados de Chihuahua, Sonora, Sinaloa y Baja California sobrevivieron 16 grupos originarios.
Entre dichos pueblos, dijo, destacan los tarahumaras, asentados en la Sierra de Chihuahua, que son los más numerosos con una población de 90 mil hablantes; así como los yaquis, ubicados en los valles de Sinaloa y sur de Sonora, y los seris que habitan el desierto. Éstas han sido las etnias más estudiadas de la región, dijo, en tanto que tienen mayor población y sus comunidades son de más fácil acceso.
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