jueves, 1 de septiembre de 2011


Por Alicia Puleo
"Puede decirse que, hoy por hoy, el ecofeminismo o feminismo ecológico es todavía una corriente minoritaria del feminismo mundial. Su profunda crítica al modelo de desarrollo hegemónico no encaja fácilmente en la agenda del feminismo mayoritario.
En el ámbito del Estado español, el porcentaje de presencia del ecofeminismo en el conjunto del feminismo, en tanto teoría y movimiento social, es aún mucho más escaso. Aunque en los ochenta se hablaba de la posibilidad de un diálogo con el ecologismo, en el siglo XXI estamos todavía en los inicios del contacto entre los dos pensamientos más revolucionarios de nuestra época.
El ecofeminismo no se reduce a una simple voluntad feminista de gestionar mejor los recursos naturales, sino que exige la revisión crítica de una serie de dualismos que subyacen a la persistencia de la desigualdad entre los sexos y a la actual crisis ecológica. Su análisis de las oposiciones naturaleza/cultura, mujer/varón, animal/humano, sentimiento/razón, materia/espíritu, cuerpo/alma ha mostrado el funcionamiento de una jerarquización que desvaloriza a las mujeres, a la Naturaleza, a los animales, a los sentimientos y a lo corporal, legitimando la dominación del varón, autoidentificado con la razón y la cultura. El dominio tecnológico del mundo sería el último avatar de este pensamiento antropocéntrico (que sólo otorga valor a lo humano) y androcéntrico (que tiene por paradigma de lo humano a lo masculino tal como se ha construido social e históricamente por exclusión de las mujeres). La negación y el desprecio de los valores del cuidado, relegados a la esfera feminizada de lo doméstico, ha conducido a la humanidad a una carrera suicida de enfrentamientos bélicos y de destrucción del planeta.
Origen de la sensibilidad ecofeminista
A estas alturas de la historia del feminismo, ya existen varias corrientes de teoría ecofeminista. Las más recientes, de carácter deconstructivo, suelen autodenominarse feminismo ecológico para distinguirse de las precedentes. Utilizo aquí los términos ecofeminismo y ecofeminista indistintamente para todas ellas. Por razones de espacio, no puedo referirme a sus diferencias conceptuales [1]. Me limitaré a señalar el origen de la sensibilidad ecofeminista para entender mejor su situación en el Estado español.
El desarrollo de una conciencia ecofeminista se dio en primer lugar en mujeres de sociedades hiperdesarrolladas preocupadas por su salud, por los riesgos alimentarios originados por pesticidas, fertilizantes, y por los efectos perversos de la excesiva medicalización del cuerpo femenino. Estas pioneras buscaron una ginecología alternativa y holística. De allí surgió ese extraordinario manual del Colectivo de Mujeres de Boston: Nuestros Cuerpos, Nuestras Vidas.(...)Más en:http://www.rebelion.org/noticia.php?id=132870&titular=hacia-un-feminismo-con-conciencia-ecologista-

0 comentarios:

Publicar un comentario