El
jefe Raoni llora tras conocer la noticia de que la presidenta de
Brasil, Dilma Roussef, ha aprobado el inicio de la construcción de la
planta hidroeléctrica de “Belo Monte”, aún a pesar de las decenas de
miles de cartas y correos-e remitidos a la misma y que fueron ignorados,
al igual que las más de 600.000 firmas en contra.
Así, la sentencia de
muerte de las gentes de la “Volta Grande do Xingu” ha sido dictada.
“Belo Monte” verá cómo se inundan al menos 400.000 hectáreas de su
bosque, un área mayor que la del canal de Panamá, además de provocar el
exilio de 40.000 personas entre indígenas y población local, así como la
destrucción del hábitat de numeras especies. Todo ello para producir
electricidad bajo un enorme coste social, económico y medioambiental,
que podría ser fácilmente evitado con una mayor inversión en energías
eficientes.
Aún a pesar del resultado, en Internet permanece una recogida de firmas para apoyar a este pueblo del Amazonas:
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