miércoles, 7 de agosto de 2013

El director de la Autoridad Nacional de Regulación Nuclear japonesa, Shinji Kinjo, ha reconocido que el agua radiactiva contaminada por los reactores de la central nuclear de Fukushima-1 está probablemente filtrándose hacia el mar pese a las medidas adoptadas, lo que supone una situación de "emergencia" que la Compañía de Energía Eléctrica de Tokio (TEPCO), responsable de la gestión de la planta, no está afrontando adecuadamente. Fuente

En las semanas que siguieron al desastre que destruyó la instalación atómica hace ya más de dos años, el Gobierno japonés permitió a Tepco verter decenas de miles de toneladas de agua en el océano Pacífico como medida de emergencia. La decisión fue muy criticada por los pescadores locales y países vecinos, y la compañía había prometido que no dejaría que agua contaminada llegara de nuevo al mar sin el permiso de las localidades cercanas. Fuente

Medidas de Tepco contra las filtraciones de agua radiactiva 

Tepco señaló que está tomando medidas para prevenir que el agua contaminada se filtre en la bahía cercana a la planta. En una declaración enviada a Reuters, un portavoz del operador de la central pedía disculpas a los residentes de la prefectura de Fukushima, la región circundante y al público en general por haber causado inconvenientes, preocupaciones y problemas.

A diario introducen cerca de 400 toneladas de agua para mezclarla con el agua contaminada de los sótanos de los edificios destruidos de la central para así enfriar los reactores y que su temperatura disminuya por debajo de los 100 grados Celsius.

En un intento por evitar más fugas a la bahía del océano Pacífico Océano, los trabajadores de la planta están construyendo una barrera subterránea por inyección de productos químicos para endurecer el suelo a lo largo de la costa de el edificio del reactor número 1.

Sin embargo, la barrera solo es eficaz en la consolidación de la tierra hasta 1,8 metros por debajo de la superficie. Con lo cual, el agua puede filtrarse a través de zonas poco profundas de la tierra.
  
Un ingeniero nuclear de Toshiba que trabajó en las plantas de Tepco,  Masashi Goto, especulaba con la posibilidad de levantar un muro: "Si se construye un muro el agua va a acumularse allí. Y no habrá otra manera de que el agua se vaya y, finalmente, llegará a la playa. Así que ahora, la pregunta es: ¿cuánto tiempo tenemos?".

El grupo de trabajo que supervisa las medidas de regulación de accidentes de energía nuclear en la estación de Fukushima, que se reunió el pasado viernes, llegó a la conclusión de que "se necesitan nuevas medidas para evitar que el agua desemboque en el mar de esa manera", según explicó Kinjo.
Tras el accidente nuclear de Fukushima en 2011, el peor desde Chernóbil en 1986, cerca de 3.500 trabajadores trabajan a diario en la central para dar por concluida la crisis atómica, una labor que se estima se prologará durante los próximos 30 o 40 años. Fuente


El negocio nuclear hace que la gente pague y sufra

Greenpeace presentó en febrero de 2013, un informe titulado Las consecuencias de Fukushima: el negocio nuclear hace que la gente pague y sufra, donde se detallaban cómo los graves fallos de las regulaciones nucleares mundiales provocan que sea la sociedad quien pague la mayor parte de los costes ante un accidente nuclear, y no los operadores de las centrales nucleares ni sus proveedores..

Greenpeace encargó al Dr. David McNeill, periodista, corresponsal y escritor sobre la catástrofe de Fukushima, al Dr. Antony Froggatt, experto en políticas energéticas y nucleares, y al profesor Stephen Thomas, experto en asuntos económicos y políticos sobre energía nuclear, la elaboración del informe. Se han examinado los diferentes convenios y reglamentaciones y se concluye que estos protegen a la industria del pago de los costes frente a las catástrofes nucleares. Entre otros problemas, en las convenciones se desarrolla el límite de daños que deben afrontar los operadores de las centrales nucleares, entre 350 a 1.500 millones de euros, y ninguna responsabilidad para los proveedores ante una catástrofe.
Bajo el actual sistema de responsabilidad, los proveedores de TEPCO (General Electric, Hitachi y Toshiba, que proporcionaron reactores basados en un diseño defectuoso) no están obligados a pagar nada en concepto de indemnización. Los contribuyentes japoneses, incluyendo a los evacuados, pagarán la mayor parte de los costes de la catástrofe.

"La catástrofe de Fukushima muestra los vergonzosos defectos en un sistema que solo reclama el pago de una parte de los costes de una catástrofe a los operadores nucleares y no requiere ningún pago a los suministradores", ha declarado Aslihan Tumer, responsable de la campaña Nuclear de Greenpeace Internacional.

"Las consecuencias de este injusto sistema, que deja a cientos de miles de personas en Japón sin una compensación adecuada, puede repetirse en España porque la industria nuclear no se hace responsable de sus fallos", ha afirmado Raquel Montón, responsable de la campaña Nuclear de Greenpeace España.

"No es justo que la industria nuclear obtenga beneficios, mientras que las personas pagan un alto precio por sus fracasos", ha añadido Turner. "Es muy sencillo, el que contamina paga. La industria nuclear debe ser considerada responsable de los daños que causa". FUENTE 

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